sábado, 25 de mayo de 2013

NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON, SÍ SON TODOS LOS QUE ESTÁN






Este bebé es, con el permiso de todos los padres, el seguidor más tierno de todos los que disfrutamos apoyando a este equipo. Teniendo inconscientemente la sabiduría que la vida le concede no sabe todavía que su casi estrenada energía vital se suma a la que tienen los jugadores que defienden, con orgullo, el nombre del club que da color a su pequeña camiseta. Junto a él todos y cada uno de los componentes de este grupo se divierten jugando para regalar alegría a todos los que están a su alrededor.



No hay mayor acto de generosidad que dar todo lo que uno tiene. Ofrecer en cada momento lo mejor de ellos los hace grandes. En cada partido lo pretenden y en cada partido lo consiguen.



No debe resultar sencillo salir a un campo, donde aguarda un público expectante e ilusionado, con el objetivo final de una victoria. Esa intuida responsabilidad a veces pesa tanto que la pelota parece estar hecha de hierro. Desde las gradas no se aprecia. Sus corazones son sensibles más allá de la lógica.



Son tan sensibles que, solo con recibir la mirada de sus padres, se sienten los niños más felices del mundo. Entonces los miedos se van porque saben que solamente los valientes pueden sentirlo. Esa mirada los protege como armadura de acero. Dentro de ella se encuentran seguros.



Quizás, cuando el tiempo del partido llega a su fin y los abrazos relajan su tensión, respiren más tranquilos para dejar que el aire, que ya no está frío, les llene nuevamente de esa fuerza que los hace invencibles. Para todos nosotros.



Es maravilloso recordar lo que los diez años te regalan: todo lo bueno para ser vivido, infinitas posibilidades de felicidad, risas incalculables y muchos juguetes. Ahí es nada. ¡Muchas felicidades Sergio!



A través de sus ojos se nos aparece su universo hecho de sueños, de agradables sorpresas, de bonitos partidos, de meriendas festivas,  de torneos que se juegan para seguir jugando y de días de ensueño.



Con el pelo aún mojado y el pasado pasado seguro que esperan que les llegue el momento de comenzar de nuevo. El cansancio voló como vuelan las nubes, como vuela nuestro tiempo, no el suyo. Sus relojes no tienen agujas. Siempre es la hora para ellos. Ahora.



Abandonan el campo después de haber dejado su fuerza en cada pase, en cada tiro. En todo lo que hacen depositan su alma, su buena voluntad. Cuelan el balón y la imaginación en cada red que trapasan partido tras partido.



Y sonríen tanto...




1 comentario:

  1. Como siempre Cristina precioso. "Que fácil nos parece todo cuando se tiene ilusión y confianza" y que difícil es tener ilusión y confianza.

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