viernes, 17 de mayo de 2013

ALINEACIÓN IMBATIBLE






Después de ver los húmedos partidos jugados hoy en Abegondo es fácil llegar a la conclusión de que los integrantes de este equipo nunca juegan solos. Si permites que sea también el corazón el que vea sus encuentros descubres que los padres y las madres no mueven las piernas persiguiendo un balón  pero algo dentro de ellos se mueve cada vez que su hijo, compañero de sus compañeros, está en contacto con la pelota. Parece que esos íntimos e inmóviles movimientos fuesen dados en ese rincón del alma donde la unión con los hijos se hace única e infinita. En sus rostros paterno-maternales se ven reflejados, como estrellas fugaces que cruzan el cielo para regalar deseos, impulsos que quisiesen tocar el balón rozando el pie de su hijo. Piernas infantiles que parecen ser también empujadas con las entrañas y la mejor voluntad de las energías ya  adultas de sus padres.  A veces los deseos se cumplen; a veces, sin embargo, prefieren esperan otro momento más apropiado para ser alcanzados. Son así de caprichosos. O de sabios. Cada final de partido, sea cual sea el resultado, padres e hijos se abrazan como verdaderos compañeros de equipo. Ahí ya no hay deseos. En esos besos y abrazos la realidad es la que es: un equipo humanamente imbatible.

1 comentario:

  1. Precioso Cristina, no se podía explicar mejor "nunca juegan solos" y sea cual sea el resultado siempre estamos "como fieles seguidores" para apoyarlos.

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