martes, 21 de mayo de 2013

A SU ALTURA


 
 

Esta tarde el gris de las nubes coloreó el partido de fútbol. No llovió pero las miradas de los jugadores no dejaron de mirar a un cielo en busca de un balón que parecía preferir jugar con el aire a no tocar el césped. A ratos lucía el sol y entonces ráfagas de tranquilidad paraban la pelota para darle la oportunidad de dejarse llevar dócilmente por unos pies inquietos e incansables. Desde abajo las jugadas se veían sin dueño, a merced de un viento que siempre sopla fuerte. Pasaba el tiempo y no pasaba. Y el balón, juguetón, simplemente rozaba su escondite final.






Mas desde arriba, a su altura, el gris de las nubes se disfrazó de color. El viento sopló para empujar varias veces el balón al redil donde antes se negaba a entrar. Aquellos pies, inquietos e incansables, decidieron tomar aire para decidir por qué lugar debería entrar la pelota. El final de la tarde coloreó un partido travieso y revoltoso.

1 comentario:

  1. Así es, estos son los caprichos del fútbol unas veces a favor como hoy y otras en contra como el viernes pero siempre incansables.

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